Si ya sé que para ustedes no soy nadie ni sirvo para nada, por eso mejor me voy a donde si me valoren y reconozcan "mi trabajo".
Emanuel con lágrimas en sus ojos, de esta manera, se despedía de sus familiares y emprendía un nuevo viaje hacia donde no pertenecía pero casi todos le amaban. Emanuel era un gran maestro y su destreza para realizar muchas tareas y ayudar a las personas, le habían convertido en un joven muy querido en los pueblos donde trabajaba. Cuando regresaba a casa de sus familiares inclusive a su pueblo, las personas lo criticaban y expresaban que "cómo era posible que se creyera tan inteligente y exitoso si de niño había andado descalzo como todos los niños que ahora seguían en el pueblo trabajando como obreros. Sus padres y hermanos le pedían que dejara de estar llamando la atención y se buscará un verdadero trabajo. Pasó el tiempo y cada vez Emanuel iba creciendo más en sabiduría y humildad, esto en otros lados menos en su casa ni en su pueblo.
Cuando las personas con quienes nacemos, crecemos y vivimos al formar parte de una familia, nos perciben como personas iguales a ellos en posibilidades y capacidades por el simple hecho de haber sido formados en una misma familia, jamás podrán reconocer y apreciar las grandezas y los éxitos de tu persona ya que para ellos nada es diferente, todo es igual a su entorno.
Que las experiencias de vida de otros jamás frenen la conquista de tus sueños, aprende, crece, triunfa y ámate a ti mismo por siempre. Recuerda lo más importante es saber quién tú eres y el esfuerzo que has hecho para lograr tu evolución!
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