En una ocasión me encontraba reunida con Elisa y Crystal. Todas compartíamos nuestras experiencias de vida para actualizarnos después de tantos años de no vernos. Era inevitable que nuestros logros en la vida necesitaran de explicaciones, ya que podíamos darnos cuenta por nuestro diálogo y nuestra imagen cómo es que la habíamos pasado. Elisa nos compartió lo mal que la vida se había portado con ella. Había intentando miles de negocios y ninguno le funcionó por causa de alguien o simplemente porque no le daba a ganar lo que ella esperaba. Mientras que Crystal nos compartió que ella seguía con su negocio que inició desde que nos graduamos. Compartió lo difícil y desgastante que fue en los inicios sostener fuerte y firme su fe, de que todo es posible si permaneces en ello. Después de un rato agradable y muy constructivo de poner atención a sus historias, fue que mi turno llegó y yo solo les dije "la vida ha enseñado que siempre ofrece dos caminos, vivir infelices o vivir felices, obviamente la felicidad involucra el éxito en el amor, en la salud y en el dinero. Cuando tu tienes fe en ti y en todos los dones que tú posees, solo te corresponde poner la perseverancia y con ello seguramente estarás gozando de la realización de tus sueños".
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